Tom Antonino vive en Georgia, Estados Unidos, y junto a su esposa decidieron adoptar a una perra Retriever de Chesapeake hace más de 15 años. Desde el primer momento en que se conocieron, la relación se consolidó.
Los felices dueños decidieron llamar Cocoa a la perrita y la acostumbraron a pasear de forma habitual. Muchos de esos paseos los hicieron en el muelle en Virginia Beach. En esas experiencias la Retriever drenaba sus energías de forma destacada.
Lamentablemente los años no pasan en vano y las afectaciones a la salud empezaron a minimizar las acciones de Cocoa, por lo que sus dueños quisieron hacerla feliz.
La idea era buscar la forma que la Retriver pasara sus días de la misma forma como si la edad no fuera un obstáculo. Analizando el peso de Cocoa y su condición física, lo que más resultaba adecuado era construir una cama móvil.
Tom estaba decidido a mantener la rutina que tanto habían disfrutado durante todos estos años. En unas declaraciones para un medio de comunicación mencionó como empezó todo:
“A mi esposa y a mí, se nos ocurrió una manera de llevarla a pasear con una enredadera mecánica y cosas así. Teníamos una cuerda y una cama, unimos todo y así la transportamos”.
Cuando terminaron la cama móvil, se dispusieron a llevar Cocoa al paseo marítimo de Virginia Beach, causando una gran curiosidad en todas las personas que veían a los tres miembros de esta singular familia.
Una de esas personas, fue Carrie Copenhaver quien los detuvo y les tomó algunas fotografías que publicó en su cuenta de Facebook. Tanto Tom como su esposa no estaban enterados de lo viral que se estaba convirtiendo su historia en esta red social.
Copenhaver colocó esto en su publicación:
“Hace un par de semanas Mike y yo estábamos montando en nuestras bicicletas por el paseo y nos encontramos con este hombre caminando junto a su amada mascota“.
Tom se dio cuenta por un familiar que su historia de amor con su mascota había motivado a tantas personas en redes sociales. “Me enteré por mi cuñado. Me dijo: ‘¿Eres tú?’ y luego otras personas también preguntaron: ‘¿Eres tú?’ y yo dije que sí, es Cocoa. Somos Cocoa y yo dando un paseo“.
Aunque todo el mundo que observaba a Cocoa se emocionaba, nadie se atrevía a decir en voz alta la lamentable realidad que vivían Tom y su esposa. Semanas después de la publicación de las fotos la perrita perdió la vida.
Tom asegura que su vínculo especial con Cocoa vivirá para siempre, que será imposible olvidar sus gestos dinámicos y la forma en que entregaba amor a sus dueños.