Un veterano del ejército aprendió a volar y compró su propio avión para poder rescatar a cientos de perros del corredor de la muerte. Paul Steklenski, de Pensilvania (EE.UU.) pagó 70.000 dólares por un avión que llenó de cajas de perros que estaban a punto de ser sacrificados en los refugios de alta matanza.
Paul se dio cuenta de que quería salvar a los animales después de adoptar a una perra sin hogar llamada Tessa, de un centro de rescate.
Al principio, Paul pensó conducir hacia los refugios de alta matanza y transportar a los caninos por otros caminos para ayudarlos a encontrar familia. Pero él sabía que podía darle a decenas de mascotas abandonadas nuevas vidas si las transportaba de otra manera.
Hombre compró un avión para salvar a cientos de animales
Coincidencialmente, Paul, de 45 años de edad, comenzó a aprender a volar en 2013 como un hobby, pero se dio cuenta al mismo tiempo que quería rescatar a los animales, así que se decidió a obtener su licencia.
Luego, en mayo de 2015, creó Flying Fur Animal Rescue y dice que ha salvado a 742 animales desde entonces, muchos de los cuales fueron descuidados o maltratados. En febrero, el ex militar, compró su propio avión para ayudar con la tarea.
Veterano del ejercito salva a cientos de perros
El avión es una herramienta que me permite hacer mucho en un día que no podía hacer en un autobús. Es un trabajo extremadamente emotivo, pero es muy gratificante.
Paul, que vive con su esposa, toma un día una vez al mes para volar a refugios, donde recoge algunos gatos y perros. Con el fin de transportar a los animales, arrancó del interior de su avión Beechcraft Bonanza los los 5 asientos y compró una gran cantidad de portadores de mascotas para colocarlos en la parte posterior.
Veterano del ejercito rescata animales del corredor de la muerte
El piloto que adoptó a un segundo perro, llamado Layla, ahora carga tantos perros y gatos como puede de una sola vez para ayudarlos a conseguir hogares, ha llevado hasta 23 en un viaje.
Aunque es una batalla encontrar los fondos, Paul dice que hacer el viaje con decenas de perros es sencillo.
Una vez que arranque el motor, se duermen o se quedan despiertos y miran por las ventanas. Siempre es muy tranquilo. Nunca he tenido un problema. Tengo la sensación de que saben que les va a pasar algo mejor».
Cuando los perros llegan a su destino, a algunos refugios alrededor de Nueva Jersey y Pennsylvania, Paul sabe que están a salvo, porque ninguno de esos refugios ofrece aplicarle la eutanasia a los animales, a diferencia de los que rescata.
Paul espera mejorar su pequeño avión a uno con más asientos así que él podrá llevar más animales.
Es muy emocional, pero voy a hacer esto por el tiempo que se me permita. Espero inspirar a otras personas a involucrarse».