En su graduación, se negaron a entregarle el diploma porque no tenía zapatos formales.
Cuando un profesor supo la situación, decidió ayudarlo para que pudiera vivir una de las experiencias más importantes de su vida.
Daverius Peters se esforzó mucho para graduarse, padece asma crónica y por eso pasó durante el último año estudió a distancia en la Hahnville High School en Boutte, Lousiana.
Finalmente, después de tantos sacrificios para terminar su formación académica llegó el día de celebrar su logro.
Pero cuando estaba a punto de recibir su diploma le dijeron que no podrían entregárselo porque no cumplía con el código de vestimenta establecido por la escuela.
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Alegaron que los zapatos con los que acudió no eran formales.
El joven estudiante se sintió devastado, no lo podía creer.
“Estaba en estado de shock. Me sentí humillado. Solo quería cruzar el escenario y recibir mi diploma”, dijo Daverius.
Faltaban minutos para que comenzara el acto de graduación y Daverius no tenía tiempo de ir a comprarse otros zapatos, acudió a un querido profesor que acostumbraba a ofrecerle su ayuda a los estudiantes.
El profesor John Butler ayudó al alumno sin dudarlo, se quitó sus zapatos para que pudiera recibir su diploma sin que tuvieran alguna objeción por su vestimenta.
John relató cómo el estudiante acudió a él preso del pánico pidiéndole su apoyo y compartió la experiencia en su perfil de Facebook generando una ola de comentarios.
Él acudió a la ceremonia como parte de la audiencia porque también era la graduación de su propia hija, intentó convencer a la mujer que le prohibía a Daverius obtener su diploma, pero no pudo.
Así que de inmediato se quitó sus zapatos sin importarle quedarse descalzo para que el estudiante pudiera subir al escenario.
“Era una obviedad para mí, había un solo escenario y no tenía dudas. Le di los zapatos que tenía”, contó el profesor.
“Le di mis zapatos. Y aquí está la parte divertida: mis zapatos eran dos tallas más grandes que los suyos.
Justo cuando lo llamaron tuvo que deslizar sus pies por el escenario para recibir su diploma. Nos reímos mucho”, contó Butler.
Aunque los zapatos eran dos tallas más grandes que la que se adapta al pie del estudiante, él se esforzó en caminar sin dificultades para subir orgulloso al escenario a recibir su diploma de graduación.
“No me sorprendió porque el señor Butler es ese tipo de persona. En la escuela, si estás teniendo un mal día.
El será aquel profesor que te saca de clase, camina contigo por la escuela, te escucha y te aconseja”, dijo el estudiante.
Jima Smith, la madre de Daverius también está muy agradecida por el gesto solidario de Butler.
Pero confesó que se sintió indignada por la política del centro educativo que le pudo haber quitado a su hijo la oportunidad de vivir uno de sus mayores orgullos.
“Trabajó muy duro, y que alguien simplemente le quitara la oportunidad de recibir su título me enloquecía.
‘¿Qué tal si no pudiera comprarle los zapatos?’, no solamente se trata del caso de mi hijo, también de todos los que estén en la misma situación”, relató Jima.
Agradeció al profesor por su generosidad. “Si no fuera por el acto amable del profesor Butler, mi hijo habría estado sentado afuera y yo no me habría enterado.
Rezo para que siga trabajando en el sistema de escuelas públicas porque necesitamos más maestros como él. Nuestros jóvenes necesitan más profesores como él”.
El caso de la escuela de Baltimore, Estados Unidos ha producido opiniones encontradas, algunos dicen que el código de vestimenta no es justo.
A pesar de que es común que en las ceremonias como una graduación académica tengan códigos de vestuario que instan a los asistentes a acudir con ropa formal, deben tener flexibilidad y empatía.
Algunas personas no podrán cumplir con este requerimiento porque su situación económica no se los permite.
Además, muchos usuarios en las redes alegaron que los zapatos que llevó el joven estudiante no eran del todo informales.
En la escuela se pronunciaron al respecto comprometiéndose a revisar sus políticas.
El profesor publicó una foto de los zapatos que lucía el joven estudiante abriendo un debate sobre si realmente eran inadecuados para graduarse.
“Al igual que con cualquier política que tengamos, cada vez que se nos presente una oportunidad para revisar y hacer mejoras, absolutamente haremos seguimiento de eso.
No nos sorprende en lo más mínimo que el señor Butler hiciera este gesto tan amable con un estudiante de último año”, dijo un representante de la institución.
Es gratificante saber que hay personas tan solidarias como el profesor Butler dispuestas a ayudar al que lo necesita.
Esta historia nos hace recuperar la esperanza y nos invita a reflexionar.