El héroe fortuito aún está en el anonimato, sin embargo sus acciones han causado gran motivación en las redes sociales. A veces lo que se hace desde el corazón tiene repercusión en las masas.
El caballo se encontraba afectado visiblemente por el recorrido y las inclemencias del clima. Esto llamó la atención de nuestro héroe que no pudo contenerse y decidió hacer un alto en su trabajo.
Aunque la temperatura en São Paulo no supera los 32 grados centígrados, esta puede incidir en los niveles de hidratación de un equino adulto en excelente condición física. Pero si a este se le expone a una actividad de consideración, puede verse afectado.
Aunque la escena no duró mucho tiempo, deja una sensación de humanidad por parte de este obrero que muchos deberían copiar. Su ocupación no le impidió dedicar parte de su tiempo a darle agua a un caballo ajeno.
El dueño del animal no apareció en ningún momento, aunque por la apariencia del mismo quizás estaba perdido o abandonado. Aun así, el caballo encontró un amigo que estuvo dispuesto a cubrir sus necesidades inmediatas.
Lo que impacta de las escenas, fue que el hombre no se limitó a llevar al caballo hasta una fuente del vital líquido, sino que con sus manos, le acerco el improvisado recipiente para beber agua.
En São Paulo no es extraño ver animales caminando sin rumbo fijo por las calles. Esto quizás se ha incrementado, al no tener los mismos recursos que en épocas anteriores se imposibilita que los dueños puedan atender a sus animales. Muchos deciden olvidarlos en medio de la nada, lo cual es una práctica deplorable.
No sabemos si el héroe anónimo se quedó con el caballo, pero lo que si sabemos es que actos pequeños pueden marcar la diferencia en estos tiempos de tantas adversidades.